Reírse de uno mismo
- febrero 5, 2024
- Publicado por: Graciela Large
- Categoría: Metodo Large
¿Un parche o una poderosa herramienta para construir autoestima y resiliencia emocional?
La risa, como puente hacia la relativización, nos sumerge en un fascinante proceso que va más allá de simplemente hacer reír. En este viaje, descubrimos que la risa se convierte en el motor que impulsa la construcción del optimismo y el buen humor, y esto tiene sus raíces en la complejidad de la psicología humana y la comunicación interpersonal.
Echarse unas risas contigo mismo es como tener un superpoder para ver las cosas desde otra perspectiva. La relativización no es más que la capacidad de quitarse el sombrero serio y mirar las experiencias, circunstancias, ¡y hasta uno mismo!, desde un ángulo menos pesado. Cuando te ríes de tus propias cosas, no es para ridiculizarte, sino para echar un vistazo más relajado a tus peculiaridades.
La clave reside en el matiz entre reírse de uno mismo y ridiculizarse. La primera es una expresión consciente y controlada, mientras que la segunda implica una depreciación perjudicial. La capacidad de reírse de uno mismo implica un entendimiento profundo y maduro de la propia identidad, permitiendo un enfoque más positivo hacia las experiencias cotidianas. Este enfoque, fundamentado en aprender a relativizar, allana el camino para el desarrollo de una mentalidad optimista.
Risas y Resiliencia: ¿qué es el Humor para la Neurociencia y el Desarrollo Humano?
La integración del humor en nuestras interacciones diarias, ya sea en el ámbito afectivo o laboral, encuentra fundamentos sólidos en la neurociencia y el desarrollo humano. Ambas especialidades apuntan a que la capacidad de apreciar y generar humor es una compleja interacción de procesos cerebrales y emocionales.
Autores destacados en neurociencia, como Richard J. Davidson, han explorado cómo nuestro sentir y las respuestas emocionales están arraigadas en la actividad cerebral.
Davidson, conocido por sus estudios sobre la plasticidad cerebral y las emociones positivas, ha demostrado que las experiencias con el buen humor, activan áreas específicas en el cerebro, como la corteza prefrontal y el sistema límbico. Estas regiones están vinculadas tanto con el procesamiento cognitivo como con las respuestas emocionales, mostrando cómo el humor no solo es una experiencia superficial, sino una que involucra redes neuronales complejas.
¿Cómo ocurre esto en la vida cotidiana?
Imagina a alguien enfrentando un día estresante y, de repente, encuentra algo gracioso que le hace reír a carcajadas. Al instante activa áreas específicas en su cerebro, como la corteza prefrontal y el sistema límbico. La persona, al vivir ese momento de buen humor, está procesando la situación de manera cognitiva, encontrando la parte humorística, y simultáneamente experimenta respuestas emocionales positivas. Está aprovechando el poder del buen humor no solo para reír superficialmente, sino para desencadenar una compleja interacción neuronal que contribuye a su bienestar emocional en ese momento.
Reírse con uno y con el otro, en vez de Ridiculizar
El matiz entre reírse de uno mismo en vez de ridiculizarse, encuentra respaldo en la investigación de Kristin Neff sobre la autocompasión. La capacidad de reírnos de nuestras peculiaridades sin caer en la autocrítica destructiva es un acto de compasión hacia uno mismo. Neff argumenta que la autocompasión fomenta la resiliencia emocional y la salud mental, proporcionando un enfoque más equilibrado hacia nuestras imperfecciones.
Veamos cómo: Imagina a alguien que, al tropezarse en público, en lugar de avergonzarse, sonríe y comenta de manera jocosa sobre su torpeza. Esta persona se ríe de sí misma sin caer en la autocrítica destructiva. En este acto, muestra compasión hacia sus propias peculiaridades, reconociendo que todos cometemos errores. Siguiendo la línea de Kristin Neff sobre la autocompasión, este enfoque no solo genera una risa ligera, sino que también cultiva resiliencia emocional y contribuye a una salud mental equilibrada al aceptar nuestras imperfecciones con amabilidad.
Aplicación en el ámbito laboral: El Humor como Estrategia Creativa
En el ámbito laboral, la aplicación del humor como estrategia para encarar desafíos, encuentra eco en los estudios de Barbara Fredrickson. Sus investigaciones sobre las emociones positivas y el pensamiento lateral sugieren que el humor no solo alivia la carga emocional, sino que también expande nuestra capacidad cognitiva, permitiendo enfoques creativos ante desafíos laborales.
Supongamos un equipo enfrentando un presupuesto ajustado y plazos apretados. En lugar de sumergirse en el estrés, aplican la estrategia del humor, compartiendo situaciones cómicas relacionadas con el proyecto durante una reunión. Este enfoque no solo aligera la carga emocional del equipo frente a la tensión financiera, sino que también despierta ideas creativas para superar los desafíos específicos del presupuesto y los plazos.
En Conclusión: Humor, Resiliencia y Conexión Humana
En resumen, destacar la conexión del humor como un reflejo del optimismo revela una red compleja de procesos psicológicos. Autores contemporáneos como Susan David, especialista en Inteligencia Emocional, abogan por cultivar habilidades emocionales para enfrentar la vida cotidiana. La risa, usada como herramienta para introducir la relativización, se convierte en un catalizador que alivia la tensión y facilita la adaptación ante los cambios. En conclusión, estas claves encuentran respaldo en la comprensión profunda de la neurociencia y el desarrollo humano, subrayando la importancia de integrar el humor y la relativización en nuestras vidas afectivas y laborales.
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